EDUARDO PIÑA EL TESTIMONIO DE UN GUERRERO

ALEJANDRA MUÑOZ MARTINEZ

Hoola mi nombre es Eduardo Piña y tengo 30 años, hace ya un tiempo yo era un joven activo que aparte de estudiar los primeros semestres de la ingeniería electromecánica me gustaba también mantenerme en forma utilizando todos los días como transporte y diversión la bicicleta que me acompañaba en mis recorridos por toda la ciudad por motivos escolares o de trabajo ya que también hacía trabajos por mi cuenta como electricista hasta que la vida me jugó una mala broma un día de los santos inocentes 

el 28 de diciembre del año 2000 al despertar me encontré con la sorpresa de que al intentar caminar mi cuerpo se desvaneció y caí al suelo sin poder hacer el más mínimo esfuerzo por evitarlo y así fue como comenzó todo un cambio radical en mi vida pues éste era el primer aviso de todo lo que vendría, perdí la fuerza en brazos y piernas hasta que después de un rato me pude mover otra vez aún que con torpeza y pude salir a pedir ayuda, fui llevado de urgencia a una clínica del seguro social donde no supieron dar un diagnóstico del por qué de mi situación así que decidieron mandarme a mi casa en observación hasta que al día siguiente no sólo no me pude mover bien sino que además tenía problemas para respirar, fue entonces cuando me trasladaron de urgencia a la clínica de especialidades donde se supone que podrían encontrar la razón de mis síntomas, sólo que para esto se tardaron varios días pues todo era tan raro y confuso que los médicos nos sabían que tenía hasta que después de hacer varios estudios y no encontrar una explicación decidieron pedir permiso para hacer una biopsia de mi cuello y al abrir fue cuando encontraron coágulos grandes de sangre que ya tenían tiempo ahí y decidieron intervenir en el momento haciendo una limpieza del daño que ya había y por desgracia también al hacer esta limpieza sacaron buena parte de mi médula espinal lo que me condeno a que este daño fuera permanente ya que la médula espinal al ser tejido neuronal nunca se recupera y hasta el día de hoy no hay una cura real, es por eso que desde entonces quedé cuadripléjico y dependiente de un respirador artificial para seguir con vida

al enfrentar un cambio tan grande y una situación tan delicada tuve que permanecer internado en el hospital durante tres años tres meses y dos semanas hasta que por fin el día 13 de abril del año 2004 pude salir nuevamente a mi casa gracias al esfuerzo constante de mi papá para tener en casa las instalaciones como las del hospital y poder así cubrir cualquier necesidad que se presentará y así es como poco a poco se ha ido aprendiendo desde un principio a conocer la realidad y los cambios que nos vimos obligados a hacer para seguir adelante a pesar de la negativa de algunos médicos de atender a un paciente como yo llegando incluso a querer desconectar mi cuerpo del respirador lo que provocaría mi muerte, sin embargo Dios Nuestro Señor siempre ha estado presente y nos ha indicado el camino a seguir y también nos ha rodeado de algunas personas dispuestas a apoyar en lo posible para que la tarea de mantenerme con vida y en buenas condiciones sea más fácil

Actualmente me encuentro bajo el cuidado de mi papá que siempre me ha apoyado y en el día también con la ayuda de una señora que mi papá contrató para atenderme más fácil y poder tener la facilidad de salir a hacer los pagos necesarios de cualquier casa así como atender los diversos asuntos que tienen que ver con mi atención médica

también me mantengo en contacto con el exterior a través del internet ya que afortunadamente puedo manejar la computadora con un programa de reconocimiento de voz y aunque no soy un erudito por lo menos puedo platicar y hacer más llevadero el tiempo y compartir con quien le pueda servir la información que a través de los años hemos obtenido en base a la experiencia para tratar así de darle un sentido más completo a nuestra existencia