ALEJANDRA MUÑOZ MARTINEZ
El pesar puede convertirse en algo positivo si nos lo proponemos. El pesar es una respuesta normal, a la pérdida y al tamaño de ésta.
El pesar es una experiencia intensamente personal, pero que de no compartirla a otra u otras personas, terminará por dificultarnos el superarlo.
El pesar fuera de control nos puede destruir como personas afectando nuestro entorno, hijos, pareja, familia y amigos.
El pesar nos puede poner en contra de ese nuestro Dios, pero la fe y la espiritualidad nos ofrecen no solo la confrontación, sino también la esperanza de otra vida y del reencuentro.
Pensemos que la muerte no es el final y si el principio de una vida más plena. La pérdida, el pesar y la muerte no son los enemigos a vencer sino el temor y el miedo constante.
El llanto es liberador lloremos cuanto sea necesario sin importar que seamos hombres o mujeres. Dejemos que el tiempo haga su parte sin apresurarlo y que poco a poco nos ayude a sanar nuestra herida.
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